No me ando con rodeos porque creo que la abogacía debe ser honesta y eficaz. Tras cinco años de experiencia, he decidido emprender mi propio camino, convencido de que lo importante no es solo conocer la ley, sino saber aplicarla de forma estratégica y cercana.
Me involucro al 100%, escucho, analizo y actúo con determinación. No me conformo con lo fácil ni con lo evidente; busco la mejor solución, con claridad y sin perder nunca el contacto real con mis clientes.
Esta profesión es más que un trabajo para mí: es mi forma de entender la vida. Cada caso es único y merece ser abordado con estrategia, empatía y firmeza. Defiendo con claridad y sin rodeos, porque así es como creo que deben hacerse las cosas.